Lo importante no es si quieres o no doblar tus rodillas y
confesar que Jesucristo es el Señor.
Lo importante es que lo hagas aquí, antes de que partas de
este mundo para ir a Su presencia.
Porque en definitiva un día tendrás que doblar tus rodillas
para confesar que Jesucristo es el Señor, pero si no lo hiciste durante tu
vida, ya no servirá de mucho.
“Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos (los ángeles) y en la tierra (los hombres) y debajo de
la tierra (los muertos) ; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor
para gloria de Dios Padre” Filipenses 2 :10-11
Si te decides, hoy vas a encontrar un SALVADOR que te va a
recibir con los brazos abiertos. Él te aceptara como su hijo y podrás disfrutar
de la vida eterna junto a Su presencia.
Si por el contrario tu orgullo no te permite tomar la
decisión, igual tendrás que confesarlo ante el mismo Dios, pero ya no como
Salvador, sino como JUEZ. Ya no vas a poder tener más oportunidades, Él te
condenará para siempre.
No es cuestión de que QUIERAS, sino de que te DECIDAS. Si te
decides hoy, confiesa tus pecados y pídele a Jesús que entre a tu corazón. No
solo va a ser la decisión más importante de tu vida, sino que además tu corazón
se llenará de paz, amor y gozo.
“La religión solo produce cambio de costumbres en las
personas, pero la verdadera transformación se debe producir en lo más profundo
del ser humano”
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